La muerte súbita de una persona joven y aparentemente sana es un hecho que produce un gran impacto social y familiar, sobre todo si tiene lugar durante la práctica deportiva. La muerte del jugador del Sevilla Antonio Puerta reabre el gran debate sobre este tipo de fallecimientos, que plantea cuáles deben ser las exploraciones médicas a las que ha de someterse una persona antes de realizar un deporte. Un estudio publicado recientemente señala cómo un programa de revisión que detecta problemas cardiacos ocultos puede reducir la muerte súbita de los atletas.
Son muchos los casos de muerte súbita en el terreno de juego. El fútbol en concreto está presente en la mayoría de estadísticas como uno de los deportes en los que ocurren más muertes de este tipo. La muerte de Antonio Puerta, futbolista del Sevilla de 22 años, tras múltiples paradas cardiorrespiratorias, vuelve a reformular preguntas aún sin respuesta. Un 90% de las causas son hasta ahora diagnosticables a través de pruebas o de los historiales clínicos. Pero aún hay muchos casos que, a pesar de revisiones completas, se escapan de lo previsto. Queda aún mucho camino por recorrer.
En general, la incidencia de muerte súbita durante la actividad deportiva es escasa y varía según el país y el deporte practicado (alrededor de 0,26 casos por 100.000 habitantes al año). En deportistas de competición de las high schools americanas se estima en torno a 1 caso entre 200.000 al año, mientras que en corredores de maratón la incidencia es de 1 por 50.000 y en joggers de 1 por 15.000 practicantes al año. En España se calcula que más de 12 millones de personas practican deporte, con más de 6 millones de deportistas federados. No hay datos concluyentes sobre los casos de muerte súbita asociada al deporte en nuestro país. Según los datos de la Mutualidad General Deportiva, entre 1994 y 1997 se produjeron 191 fallecimientos, la mayoría de origen traumático y sólo 21 (10,9%) de causa cardiaca.
Actualmente la Federación Española de Medicina del Deporte está diseñando un Registro Nacional de Muerte Accidental y Súbita en el Deportista (MASD) que indudablemente tendrá un valor extraordinario para conocer la incidencia y causas reales de este proceso entre los deportistas de nuestro medio. Dentro de las causas que provocan muerte súbita entre los deportistas, la patología cardiovascular es la más frecuente, al igual que en la muerte súbita no asociada al deporte. En practicantes de mayor edad predomina la enfermedad ateromatosa coronaria, mientras que en los más jóvenes destacan las cardiopatías de origen congénito. Se han publicado diversas series de muerte súbita asociada al deporte que difieren en cuanto a la población estudiada y al método de estudio. Una de las más interesantes es una serie española procedente del medio forense, que revisa los casos ocurridos en España desde 1995 hasta el 2001. En el estudio se recogieron 61 casos de muerte súbita en una edad comprendida entre los 11 y los 65 años, siendo 59 de ellos varones y 2 mujeres.
Los deportes más frecuentemente implicados fueron ciclismo (21), fútbol (13) y gimnasia (5). Las causas más habituales de muerte en estos pacientes fueron la enfermedad ateromatosa coronaria en 25 casos (40,9%) y la mayoría mayores de 30 años, miocardiopatía arritmogénica en 10 (16,3%), miocardiopatía hipertrófica en 4 (6,5%) y la hipertrofia ventricular izquierda idiopática en 3 (4,9%). En 10 casos, todos menores de 30 años, el origen de la muerte fue indeterminado. En 16 casos existían antecedentes patológicos y en 3 se había diagnosticado la enfermedad que provocó el fallecimiento. Estos datos revelan que las principales causas de muerte súbita identificables en deportistas menores de 30 años son la miocardiopatía arritmogénica y la hipertrofia ventricular izquierda grave aunque un 30 % son inexplicables.
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