Hace bastantes años que las pistas de esquí comenzaron a llenarse de practicantes de snowboard que surcaban la nieve con una tabla anclada a los pies. Desde el pasado invierno, estos y otros amantes del esquí ya pueden disfrutar de una nueva actividad: el freestyle snow towing, un deporte que combina el snowboard y el wakeboard –una llamativa modalidad de esquí acuático en la que se realizan piruetas–.
La principal diferencia respecto a estos últimos es que el esquiador –denominado rider– es remolcado por un cable que está impulsado por un motor. La velocidad, lineal y regulable, se puede adaptar a las condiciones de la pista y a la experiencia de cada persona. De este modo, se consigue el impulso suficiente para hacer espectaculares giros, saltos y acrobacias en el aire a ritmos distintos. Según los expertos, es un ejercicio con un nivel bajo de peligrosidad.
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